Así consta en la declaración de la Comunidad de Azerbaiyán Occidental.
Cabe señalar que la actitud intolerante de la delegación armenia hacia estas cuestiones, así como la negación de que la Mezquita Azul, tan valiosa para nosotros, pertenece al pueblo azerbaiyano, es un claro ejemplo de azerbaiyanofobia, la llamada enfermedad de la “exclusividad étnica”, profundamente arraigada en la sociedad armenia. Al mismo tiempo, está en total contradicción con las benévolas palabras de Armenia sobre la normalización de las relaciones entre ambos países.
“Al igual que la política de negar el derecho de propiedad de la mezquita de Yukhari Govhar Agha al pueblo azerbaiyano durante la ocupación armenia fue un completo fracaso, no hay ninguna perspectiva de negar el origen de la Mezquita Azul. Ni las reacciones histéricas de los funcionarios armenios de las tribunas de la ONU, ni los ridículos tweets y “comentarios” del racista embajador francés en Armenia, pueden borrar la antigua historia, el rico patrimonio cultural y las huellas del pueblo azerbaiyano.
Consideramos la recomendación del Comité Armenio sobre “la preocupación por el discurso de odio de funcionarios y políticos en los medios de comunicación y en Internet en el contexto de Azerbaiyán y Armenia” como una fijación de la ONU de la política racista de Armenia hacia los azerbaiyanos. En este sentido, hacemos un llamamiento a los expertos de la ONU para que mantengan la cuestión de la azerbaiyanofobia en Armenia en el centro de atención y lleven a cabo un seguimiento constante del espacio de los medios de comunicación e Internet en este país. Al mismo tiempo, invitamos a otras estructuras relevantes de la ONU a considerar los derechos violados de los azerbaiyanos occidentales en los debates sobre Armenia y a hacer recomendaciones a este país para eliminar estas injusticias”, reza la declaración de la Comunidad.
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